Por primera vez una investigación cuestiona la reducción drástica de los niveles de glucosa en pacientes con diabetes tipo 2, la enfermedad que aparece en la edad adulta relacionada con el sobrepeso. Durante décadas, los investigadores creían que si las personas con diabetes reducían su azúcar en sangre hasta alcanzar los niveles normales, rebajarían casi a la mitad el riesgo de morir por una enfermedad cardiovascular.
Esa firme creencia se ha tambaleado esta semana cuando los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos decidieron paralizar de forma repentina un estudio en el que participaban 10.000 pacientes con diabetes tipo 2. La investigación pretendía demostrar la eficacia del control intenso de la glucosa. Con sorpresa, los investigadores del estudio estadounidense Accord detectaron un ligero aumento de la mortalidad entre los que realizaban el tratamiento más agresivo. Los resultados contrastan con otro trabajo realizado en Europa, publicado en «New England Journal», en el que se logran resultados opuestos con una reducción de la mortalidad en un 40%.
Durante el ensayo Accord, a los enfermos se les dividió en dos grupos. Uno seguía el tratamiento convencional y otro uno más intensivo con combinaciones de fármacos, con un mayor número de controles de glucemia y visitas al médico. El objetivo era conseguir que la glucosa alcanzara niveles similares a la normalidad. Para sorpresa de todos, los pacientes que trabajaron más duro para reducir su glucosa, sufrieron una mayor mortalidad. En este grupo se produjeron 54 fallecimientos más: 257 muertes frente a las 203 del grupo que siguió el tratamiento menos intensiva. La mayoría fueron víctimas de infartos.
Es cierto que los pacientes tenían 62 años de media de edad, antecedentes de diabetes en los últimos diez años y problemas de corazón, además de hipertensión y colesterol elevada. Todas, condiciones que aumentan el riesgo de sufrir un accidente de corazón con independencia de sus niveles de glucosa. También fueron las mismas circunstancias que se repetían en los dos grupos.
Soledad Ruiz de Adana, responsable de la Unidad de Diabetes del Hospital Carlos Haya de Málaga, confiesa su sorpresa por los resultados del estudio americano, pero recomienda tomarlos con cautela. «Yo no sería alarmista y apostaría por la «normoglucemia» como objetivo a alcanzar para los pacientes con diabetes tipo 2, como indican los consensos internacionales». Hasta conocer con más rigor el ensayo estadounidense, prefiere quedarse con las conclusiones del estudio europeo que apoyan el control intenso de la glucemia. «Coincide con los resultados que vemos en la consulta. Un buen control reduce las complicaciones en ojos, riñones y problemas cardiovasculares».
martes, 12 de febrero de 2008
[*(Noticia 12/02/2008)*]
Un estudio cuestiona los tratamientos agresivos en el control de la glucosa
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